martes, 25 de octubre de 2011

HALLOWEEN


Corrompido por el poder perdió el temor a Dios, y organizó el crimen: sus armas imponen terror, clona asesinos, convierte zombis en mareros, planifica fugas y motines en las cárceles; con un botón amenaza destruir el mundo. Sus fantasmas censuran e intimidan a los débiles.



Lucifer le dio a la violencia: fama, dinero y un sistema postrado a sus pies. Durante Halloween se disfraza de hechicero, consume drogas, alucina demonios, liba sangre humana y se deleita con orgías.

No murió en un hospital sin medicinas, los derrumbes tampoco aplastaron su cadáver, ni se hizo cenizas por las bombas. No fue linchado, nadie apedreó su cráneo, ninguno lo degolló, descuartizó o le dio el tiro de gracia.


¡Una abeja arrancó sus ojos! Un treinta y uno de octubre de cada año, las sectas satanicas le rinden culto, y los gusanos de su alma pútrida escapan del Purgatorio para entretenernos en el cine y televisión.

¡Esos escalofríos son su presencia!



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